En el marco de los cuartos de final por la Copa Argentina, Boca Juniors se enfrentó a Quilmes en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, con el arbitraje de Ariel Penel. Sin embargo, el encuentro deportivo tuvo un violento desenlace luego de que los fanáticos del conjunto Xeneize fueron atacados a piedrazos por los hinchas de Quilmes y tuvieron que poner en pausa el partido.
Tan solo unos minutos después que Quilmes lograra imponerse ante Boca, el árbitro debió detener el partido al ver que ocurrían incidentes entre los fanáticos de ambos equipos. Desde la tribuna del Cervecero podía verse cómo arrojaban piedrazos a la platea del Xeneize. Si bien los futbolistas intentaron ayudar a apaciguar la situación antes de la llegada de los agentes policiales, lo cierto es que nada impidió que siguieran con su cometido.
No pasó mucho tiempo hasta que la seguridad decidió interponerse en la situación para detener la violencia que se estaba dando entre los hinchas. Pasados los 10 minutos de la detención del partido, el Jefe de Seguridad de la delegación en el club del Sur es víctima de un piedrazo que provenía de su propia tribuna y termina con un profundo corte en la cabeza que lo deja sangrando.
No hubo manera de calmar la actitud de los hinchas por lo que los agentes policiales necesitaron de la intervención los bomberos en la cancha, quienes tiraron agua hacia la tribuna en un intento de calmar a los fanáticos de Quilmes y evitar que siguieran avanzando hacia la platea de Boca. En ese sentido, los jugadores del Cervecero intentaron discutir sobre la decisión tomada hacia los fanáticos, pero sus reclamos no fueron escuchados y se continuó con el procedimiento.
Luego de 18 minutos se logró volver todo a la normalidad y el partido se reanudó, aunque debieron agregar tiempo adicional para que se cumplan con los 45 reglamentarios.
